Ofrece a tu hijo/a lo que necesita, no lo que pida
Vivimos en un mundo de muchos estímulos comerciales donde los peques de la casa son un objetivo fácil y perfecto.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que toda esa publicidad subliminal y no subliminal, está creada para que tu hijo o tu hija sienta una tremenda atracción por un objeto o personaje en concreto. Y esto va a ser el principio, de persecución constante para que tú como adulto se lo consigas. Si le quieres hacer un favor, sé firme y no cedas, ten claras tus ideas.
Así que voy a empezar contándote que es obligación nuestra, sus padres y madres, ofrecerles contenido de calidad adecuado a su edad y sobre todo adecuado para que desarrollen todas sus capacidades a nivel físico, cognitivo y emocional.
Cuando hablo de contenido, me refiero a momentos de juego con materiales o juguetes que sean lo más activos posibles, donde el peque sea el protagonista. El juego es la preparación para la vida. Porque imagino que tu como madre o padre querrás que tu hijo en un futuro sea autónomo, tenga la capacidad de resolver las dificultades que la vida le va a plantear y por supuesto saber adaptarse a los cambios que el mundo real le enfrentará.
Cuando hablo contenido, de juego, no sólo el juego simbólico, el jugar a las casitas, a cocinitas, a médicos, sino los juegos en su más amplio aspecto: pintar, manualidades, construcciones, montar en bici, juegos de mesa. Todo juego, siempre que sea adecuado, es indispensable para que el niño o la niña de desarrolle.
El derecho al juego se define en el artículo 31 de la Convención sobre los derechos del Niño
¿Qué diferencia hay entre elegir un juguete u otro, un cuento u otro, una peli u otra? Pues la diferencia es muy fácil unos van a hacer que se desarrolle como persona y otros van a conseguir que sean meros espectadores.
Y yendo al grano te voy a poner ejemplos: ¿sería lo mismo ofrecer a tu peque un coche lleno de luces y ruidos de la patrulla canina, que darle un camión de herramientas para que construya, pruebe, haga, deshaga y por fin lo haga rodar?, pues sinceramente no. Otro ejemplo: ¿sería lo mismo ofrecerle a tu peque un coche donde el se suba y tu lo dirijas con un mando o mejor ofrecerle un patinete o una bici donde ponga todas sus destrezas a prueba y se caiga y se levante mil veces?
La realidad es que si haces memoria y revives la entrega de regalos del último cumple al que haya asistido tu peque, probablemente hayan abundado los regalos de las "súperliciencias" que son de mala calidad y que probablemente no le aporten nada a ese chiquillo.
¿Entonces está el mundo al revés? Pues es muy posible, por lo general lo que abunda no es la calidad, sino lo comercial, el que tenga un marketing más agresivo. Del low cost ya hablaremos otro día, que va a ser el responsable de que este planeta se vaya al gareto.
Como bien comentaba el gran Álvaro Bilbao hace unos días hay cosas que no necesita tu peque para ser feliz, la felicidad no está en tener sino en hacer. Esto te lo menciono porque seguramente estarás pensando "Jo Carmen y la cara de felicidad que se le pone a mi peque cuando recibe el coche de la patrulla canina", esa es una felicidad efímera. Recuerda que tu hijo/o recordará momentos, no cosas. Por cierto que no tengo nada en contra de la patrulla canina que conste.
Este sábado realicé en Estímulos Maternales un taller para crear sus propias botellas sensoriales. Esto si que es ya la bomba: les ofreces herramientas de juego de calidad y además las creas con ellos. Bueno, si vieras las caras de felicidad de esos peques cuando vieron el resultado de sus creaciones.
Y como soy una estudiosa nata, de esto que me apasiona que es el desarrollo de la infancia a través del juego y el amor, no quiero despedirme sin hacer referencia a un referente para mi en la actualidad que es Rafa Guerrero. En una reciente entrevista justo hablaba de esto:
De forma general, diríamos que es fundamental que atendamos y cubramos de forma suficiente las necesidades que tienen nuestros hijos/as si queremos realmente que sean personas capaces, seguras de sí mismas, con pensamiento crítico e inteligencia emocional y para ello debemos entrenarlos desde que son pequeños. Rafa Guerrero
En definitiva trabajar la frustración con ellos y ellas también educa. No olvides nunca y grábatelo a sangre que educar en la inteligencia emocional es una de las mejores herencias que le puedes dejar a tu hijo o hija.
¿Qué opinas sobre este tema? Si tienes esta misma opinión me encantaría que compartieres este post con tu familia y entorno.