Mi parto no fue como esperaba
«Mi parto no fue como esperaba» escucho decir a menudo a mamás con bebés muy pequeñitos en sus brazos. A veces la realidad choca bruscamente con lo que habíamos imaginado y nos vemos en la situación de aceptar lo que ha sucedido. Puede que estés leyendo esto ahora mismo porque sientes que algo oprime tu pecho, que tienes que lidiar con emociones que no esperabas encontrar en este momento.
Una de las sensaciones más comunes es la de sentirte rara porque no te has enamorado desde el primer momento, no has tenido ese primer flechazo. A muchas mamás les pasa, más de las que imaginas. Enamorarte puede ser un proceso pero lo sentirás con el paso de los días o incluso semanas.
Si además has preparado el momento del parto con mucha consciencia, eligiendo cuidadosamente el hospital, preparándote afirmaciones positivas, asistiendo a distintas actividades para prepararte puede que la frustración esté muy presente. Y también puede que aunque tú sepas que está ahí el hecho de cuidar a tu bebé te mantenga ocupada para poder darte ese tiempo y sacarlo. Está bien. No te juzgues. Cada cual tenemos nuestra propia forma de afrontar situaciones pero te pido que continúes leyendo hasta el final porque te vamos a dar algunos consejos que te pueden ser útiles.
Habla con tu pareja y/o tu entorno
Quizás ha sido un parto traumático o quizás no lo ha sido pero simplemente no ha cumplido con tus expectativas. Puede que tu pareja o tu acompañante sienta lo mismo. Habla con el/ella porque estaba presente y nadie mejor va a entender aquello que te paso si tú puedes ponerle palabras a las emociones que sentiste.
Tener una buena red de personas que te apoyan es vital en cualquier etapa de tu vida, pero en el puerperio más aún. Ten en cuenta que cuando hablamos de posparto no estamos limitando a 40 días, hay mujeres que se sienten puérperas hasta 3 años después de dar a luz. Como decía, contar con esas personas que puedan escucharte o ayudarte de la forma en que tú lo necesitas ayudarán a que estés más disponible para procesar y trabajar esos sentimientos. Si quieres saber distinguir bien quienes son las personas adecuadas lee atentamente el siguiente punto.
Cuenta con aquellas personas que validen tus emociones
De nada sirve que quieras contar cómo te sientes a alguien que te diga: «lo importante es que tu bebé y tú estáis saludables». ¡No! Eso no es lo que necesitas oír porque te hará sentir culpable. Esto no es un juicio hacia esas personas que lo hacen con buena intención, es que en nuestra sociedad nadie nos ha enseñado a contener el dolor, el enfado, el miedo o la tristeza.
Que validen tus emociones implica que haya una escucha activa de lo que estés contando, que te atiendan con todos sus sentidos sin interrumpir. Una persona que te valida no está pensando en qué respuesta darte mientras tú hablas, está prestando atención intentando comprender cómo te sientes. Que te expresen su empatía y te la devuelvan puede ser muy sanador.
Porteo
El piel con piel tras el parto es muy importante y puede ayudar a compensar aquellas intervenciones que puedas haber experimentado. El neonatólogo Nils Bergman explica que la naturaleza es sabia y nacemos preparados para adaptarnos a un «plan b» que compensaría un «plan a» que no ha podido suceder. Por ejemplo, el piel con piel ayudaría a compensar una cesárea. E incluso si no se ha podido practicar ese contacto inmediato habrá otros mecanismos que se desarrollarán para que el bebé pueda recibir aquello que necesita.
Por ejemplo, el porteo permite que se estreche el vínculo entre mamá y bebé a la vez que determinados mecanismos se desarrollan acompasándose con los de la mamá. Ya te lo contábamos en este post sobre el porteo a bebés prematuros, Además, mantener un contacto les ayuda a sentirse protegidos y está relacionado con la prevención de la depresión posparto.
Las clases de masaje infantil también son una opción muy recomendable para aprender estrategias para calmar y aumentar la conexión con tu bebé. Es un tiempo que le dedicas a conocer sus expresiones, a mirarle fijamente, a cruzar miradas mientras se siente cuidado en tus manos.
Lactancia
La lactancia es otra de esas decisiones que pueden ayudar porque es la tabla de salvación a la que muchas mamás se agarran para sentir que aunque el parto no fue como esperaba pudieron tener éxito. La realidad es que no siempre son exitosas porque dependen de muchos más factores que la propia voluntad. Si no está yendo bien, pedir ayuda a una asesora de lactancia o acudir a un grupo de lactancia puede ayudarte más de lo que imaginas. Pero aún así, recuerda lo que decía Nils Bergman y que comentábamos más arriba: «la naturaleza siempre tiene un plan b».
Asesoramiento Psicológico
Cada vez es más común encontrar la figura de psicóloga perinatal. Ellas son profesionales de la psicología formadas en las etapas de embarazo, parto, posparto y pérdidas perinatales. No hace falta que sientas que no puedes más o que has tocado fondo, ellas pueden ayudarte a integrar lo ocurrido y aceptarlo con herramientas que por ti sola quizás no podrías. Si necesitas información sobre alguna psicóloga perinatal en tu zona escríbenos y te ayudamos a encontrarla. En Estímulos Maternales contamos con Cristina Santos de forma presencia y Ester (Desdelaraiz) online.
Narrar el parto que no fue como esperabas ayuda a sanar
Puedes contarlo a quien esté dispuesta/o a escuchar con atención pero también expresarlo de forma escrita. Hacerlo de distintas formas, e incluso a través del arte (dibujo, modelado…) te ayudará a sacar todo eso que ahora tienes guardado. Es un ejercicio muy sanador al que puedes recurrir cada cierto tiempo. Puedes llegar a tener distintas versiones a lo largo del tiempo. Compararlas te dará una pista del progreso que vas a hacer mientras lo sanas. En páginas web como El Parto es Nuestro puedes publicarlo para que otras personas lo lean. También puedes leer otros para sentirte comprendida.
Si tienes la posibilidad de acudir a círculos de madres o grupos de crianza, encontrarás espacios libres de juicios donde podrás expresarte y escuchar, donde te sentirás contenida y valorada.